¿Qué pasa cuando movemos el foco puesto en el otro y lo ponemos sobre nosotras por un instante? ¿Qué vemos? ¿Qué sentimos?
Ser cuidadora implica una gran exigencia física y emocional. Muchas mujeres se ven obligadas a trabajar extensas jornadas que superan las 24 horas (en el caso de las cuidadoras en régimen de internas) con personas que además de tener dificultades en la movilidad, tienen un deterioro cognitivo importante, lo que les impide mantener una conversación y propicia la soledad de las cuidadoras.
Si, hablamos de cuidadorAs porque en España la gran mayoría de las personas que realizan el trabajo de atención a personas en situación de dependencia son mujeres, mujeres migradas; que además de enfrentarse con las propias exigencias físicas y psíquicas de la labor, la mayoría se encuentra en situación administrativa irregular con un riesgo real de caer en la exclusión social al no tener derechos laborales, lo cual hace que estén expuestas cada día a situaciones altamente estresantes.
A raíz de esto y con el objetivo de seguir luchando por la reivindicación de las mujeres trabajadoras del hogar y los cuidados, nace “Cuidarse para cuidar”, un ciclo de talleres centrados en la persona que realiza tareas de cuidados, ya sea como familiar de la persona enferma y/o dependiente, o como profesional. Generar visibilidad, tejer redes y crear un efecto multiplicador son las premisas sobre las que trabajamos a la hora de pensar éste taller que funciona como un proceso.
Algo tan simple como puede ser la idea de estar bien una misma para estar bien con los demás, es muy fácil que se descuide cuando estamos sumergidas en el trabajo y las demandas de otros. Por eso la idea de compartir con otras lo que nos pasa, hablar, intercambiar experiencias, es lo que hace aquello invisible, visible. Así, una vez identificadas las causas y encaminadas en la recuperación de la sobrecarga generada por las tareas de cuidados, podremos ayudar a otras personas, mejorar su entorno y empoderarnos como colectivo para reclamar mejoras laborales de cara a las instituciones, o posibles futuros contratadores.
Este ciclo de talleres que dio inicio en Septiembre se está llevando a cabo en diversos Ajuntamientos de Catalunya con el fin de generar visibilidad de las condiciones laborales y dignificar la situación de las cuidadoras.
A través de este «compañerismo» intentaremos fomentar en la autoorganización colectiva del sector de los cuidados con el fin de visibilizar sus condiciones laborales y dignificar su situación.
Serán «altavoces» para resolver las necesidades de los cuidados de manera colectiva acompañando a otras compañeras a recorrer el mismo camino de autocuidado. Este reconocimiento profesional de las trabajadoras de los cuidados promoverá su empoderamiento colectivo como ya hemos indicado anteriormente.
Esto es lo que sucede en los espacios colectivos
Esta visibilidad fomenta que los cuidados sean vistos como una opción de trabajo y como un trabajo profesionalizado animando a otros sectores de la sociedad como los hombres a desarrollarlos, ya que visibilizándolos se pueden dar cuenta de que hay muchos hombres mayores que quizá se sentirían más cómodos siendo cuidados por un hombre. Siendo asumido este rol de cuidados cada vez más por parte de los hombres.